lunes, 11 de febrero de 2013

La critica constructiva destructiva

Pienso que la ‘crítica constructiva’ como tal no existe.


Todo aquello que sea una “crítica”… da igual si se hace bien o no, si está o no fundada… siempre, pero siempre es “destructivo”. Lo que sucede es que eso de “criticar por criticar” parece que no aporta valor y el que “critica” piensa que está obrando bien, sin herir al autor del objeto sobre el cual va a estar criticando, si seguido hace una propuesta de mejora.

En primer lugar, yo diferenciaría entre una “sugerencia” o “propuesta” y una “aportación”. Desde mi punto de vista (sostengo en que todo lo que posteo es mi visión particular de las cosas), cuando uno hace una “sugerencia” entiende que lo que aporta tiene más valor respecto al original o al menos es lo que uno cree. Desde ese punto de vista no necesariamente es una co-creación. Muchas veces es el caso de “una crítica constructiva”. Primero ‘destruyes’ para luego colocar una ‘sugerencia’ en su lugar. Suena mal ¿verdad? Pues es lo que creo que realmente hacemos habitualmente cuando somos conscientes de que estamos realizando una ‘crítica constructiva’: nos damos permiso de destruir la aportación del otro porque creemos que tenemos una idea mejor.

Por otro lado, una “crítica vacía” sin una propuesta añadida no necesariamente es mala. Ya que de todas maneras la aportación inicial va a ser destruida, si se hace bien (con tacto y educación), al menos sería una invitación a abrir otros caminos para seguir explorando.

Por supuesto… una “crítica destructiva” destruye todo porque sí, desde la maldad. Y cuando hablo de que una “crítica constructiva” también destruye… no lo digo con el mismo sentido que el anterior. En este caso, se ve la necesidad de romper para construir algo mejor. No tiene maldad alguna… pero diferencio sutilmente con el hecho de “aportar”.

Entonces, ¿qué es una “aportación”?

Es lo que comúnmente daríamos el nombre de “crítica constructiva”, pero desde mi punto de vista se elimina la parte “destructiva”… es decir, no hay una sensación alguna de “crítica”. Pero, me pregunto, ¿cómo se hace eso?

Viendo la manera de intervenir las personas en un equipo donde hay un clima de positividad, de ganas de construir, de pensamiento azul, etc. veo que literalmente no critican, sino que se hacen preguntas tanto hipotéticas como reales. En lugar de decir “eso no creo que funcione por la razón X y creo que sería mejor…” (= crítica constructiva), podríamos decir: “¿Qué pasaría si sucede X? ¿Ocurriría Y?”… o simplemente… “no lo consigo ver con claridad, porque me falta dar respuesta a X”, que es una manera excelente de invitar a buscar “juntos” una alternativa mejor.

He podido ver con nitidez esta forma de “construir ideas” en algunos consultores, mentores y líderes. Son capaces de crear un clima realmente positivo en un proceso de creación o definición de ideas.

Por supuesto, quiero dejar bien claro que “criticar”… haciéndolo bien es bueno. Y es cierto que hay que “aprender a dar y recibir críticas”. Solo que no nos quedemos como santos cuando hagamos una “crítica constructiva”, porque estamos destruyendo una idea, aunque sea para proponer algo mejor (o es lo que cree el que critica).

O tenemos capacidades de hacer y recibir “críticas constructivas”… o más vale que aprendamos a dar “aportaciones” sin destruir (no es tan sencillo :-)  ). De ahí, el dilema de muchos padres-madres: ¿qué y cómo dices a tu hijo, que te enseña con orgullo su obra de arte, que tú ves con claridad que podría haberlo hecho mejor, sin que se le quite la motivación ni la confianza en sí mismo? Pues, en el campo laboral más de lo mismo.

O…. ¿Sabes hacer una ‘crítica constructiva’ sin destruir?