sábado, 24 de abril de 2010

Personal, Jazz, Tokio, Emoción...

Ayer me ha sucedido una cosa increíble – al menos para mí –. Por eso quiero dejarlo por escrito como un recuerdo y también para compartir esta sensación con vosotros. Para que podáis entender mejor, necesito hablar un poquito de mi vida (espero no aburriros).

Como comenté en una ocasión ("Como lograr que una orquestra elefante toque jazz"), mi padre tenía en Tokio un bar-pub-local… no sabría bien como definirlo, pero lo que sí era indiscutible, era un sitio de puro JAZZ. Su nombre era 十号室. Se lee “Yu-goo-situ”. Significa “la habitación número 10” porque su portal era el número 10.

Estaba ubicado en un barrio muy tradicional de Tokio cerca de ASAKUSA, entre viviendas, difícil de localizar a no sea que uno viva cerca o por la recomendación de alguien.

Había muchos elementos de decoración, con clara evidencia de las aficiones de mi padre: Jazz, pesca, coches antiguos de carrera, antigüedades, relojes de pared…etc. Todo con un toque europeo.

Era un local abierto hasta el amanecer donde frecuentaba todo tipo de personas. Desde los estudiantes noctámbulos, ejecutivos, aficionados de pesca, músicos… hasta Yakuzas (inofensivos). Muchos venían y se quedaban horas y horas convirtiendo en un local de tertulias dentro de esta variedad y diversidad. Todo con un fondo de Jazz.

Yo vivía en un mismo edificio (planta baja era el local y yo dormía arriba) por lo que pude vivir aquel peculiar ambiente nocturna (igual es por eso que tengo un buen sentido de ritmo, soy noctámbula, odio el alcohol y el humo de tabaco).

El 15 de Abril de 1983 me vine a España con mi madre (lo recuerdo el día porque coincidía con la inauguración de Disneyland Tokio, que pude observar desde el cielo con los lagrimas en los ojos). Tras 3 años sin pisar mi país natal, desde 1987 a 1993 todos los veranos pasaba un mes con mi padre, junto a aquel ambiente Jazz-tertuliano, en mi casa.

El septiembre de 1983, mi padre fallece en un accidente con su Lotus Super Seven negro. Casualmente aquel verano pregunté a mi padre qué pasaría si tuviera un accidente con ese coche tan deportivo y tan desprotegido. La respuesta era obvia y sucedió un mes más tarde.

Volví a Japón para incinerar y también por el papeleo. Como ocurre en muchos casos, esa “gestión de papeles” me ha hecho perder todo lo que aún quedaba en Japón: vinculo familiar… y mi casa.

El abril del año 2007 pude volver a pisar la calle de十号室 ,‘mi calle’. Menos mal que era de noche y llovía a cántalos, porque pude llorar a gusto tras ver que aquel local ya no existía, mi casa no existía (lo sabía pero es muy distinto verlo).

Bueno… hasta aquí mi historia.

Ahora, volviendo a abril de 2010 (si llega a ser también el día 15 hubiera sido aún más alucinante), cogí un CD, que alquilé de la biblioteca. Era Jazz. Entonces se me ocurrió teclear en Google “十号室 Jazz”. Ya había realizado dicha consulta antes, pero nunca había concatenado la palabra “jazz” y no salía nada. Pero en esa ocasión, localicé
este POST, escrito en el año 2005, que consiguió acelerar mi pulso (por favor, no utilicéis el traductor para leer este post, porque deja de tener sentido alguno).

El blogger era uno de los que frecuentaba a 十号室. Un fan de Jazz. Y años después un empleado en una correduría de seguro.

En él narra con todo detalle cómo era el local, sobre mi padre, de mi madre, de mí (aunque escribe mal mi nombre), qué sucedió… y finaliza el post con: “añoro a 十号室, porque estaba en el momento más bonito de mi vida. Por esa razón, se ha quedado para siempre en mi corazón”. Todo eso escrito 12 años después del fatal accidente. Aunque comete algún que otro error: Austin Healey Sprite era un coche que tenía hace años, pero no el accidentado, la cuantía del seguro..etc... pero..

¡QUÉ REGALO MÁS PRECIOSO PARA UN SER!

Aunque quizá llega a contar demasiadas cosas un tanto privadas, desborda el cariño que sentía por el lugar y por mi padre.

Cuando leí (y sigo), lo que sentí era: tristeza, emoción, alegría, color, calor, añoranza, música, nostalgia, cariño, agradecimiento, paz... todo menos el dolor o ira. Realmente uno puede sentir mucha tristeza pero sin dolor, mucho vacio y a la vez una tremenda paz con todo el color cálido de los recuerdos. Es una sensación muy bonito aunque sea con lágrimas y nudos en la garganta.

Me ha parecido muy bonito, como para dejar por escrito esta sensación.
Esta persona bloggeaba ya en año 2002 y sigue bloggeando. Tengo una red por recuperar.
NOTA- He querido dejar fluir la emocionalidad escribiendo este post. Disculpa por la falta gramatical, más de lo habitual.

No hay comentarios:

Publicar un comentario